En una habitación que pasa desapercibida se encuentra una pieza de arte que cubre la mayor parte del suelo y dos proyectores con espejos reciben al visitante. En el centro se hayan imágenes provenientes de un DVD, y una escultura a modo de alfombra, sensible a los pasos, emite una mezcla de sonidos de la naturaleza. A_Maze es una instalación de video y sonido que se activa a medida que el visitante la atraviesa, y configurada para dar la semblanza de un laberinto, quizás una de las maneras de expresarse más reconocidas que tiene Borges. El laberinto, para Borges, era una metáfora multifacética utilizada tanto como herramienta formal, como un leitmotiv ocasional. Bravo parece comprender esto muy bien, representando un poema de Borges escrito en un cuadro gigante dentro de un esquema con forma de laberinto, de donde se desprenden una serie de secuencias de video con paisajes y gran cantidad de imágenes de todo el mundo; en un momento dado nos encontramos en Manhattan, y en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos en Milan, Vietnam, Tailandia, Tokio, etc.

Liquify es una pieza elegante y pensada, cuyas formas geométricas planas, rectángulos y barras, se funden con referencias orgánicas, la naturaleza y la atmósfera. A pesar de que cada elemento se mueve individualmente, modulaciones delicadas de arreglos cambiantes unifican las imágenes en un balance hermoso de líneas variables, forma, color y humor. La fusión de superficies abstractas con destellos naturales permite una superficie pictórica ordenada y armoniosa.

Bravo, en la filmación de su video Wind-eye, se enfrentó exactamente con este mismo dilema: cómo interrumpir la rígida verticalidad de los tristes rascacielos de Timeís Square, sin caer en la típica representación de la incoherencia arquitectónica vista como una ruina entrópica. La respuesta de Bravo en Wind-eye es la de organizar sus imágenes en una serie de pantallas divididas, mosaicos estridentes y caleidoscopios rotantes. Cada edición está perfectamente sincronizada al ritmo de una pieza acelerada de piano sintetizado. En su ritmo frenético y delirante, Wind-eye se enfoca, no sólo en la intimidad de un lugar en particular, sino en la simultaneidad de una gigantesca ola de sensaciones y datos que se vive en un instante personal e instantáneo.