¿Ha sido útil el diablo? O, ¿habremos vendido nuestras almas?* Notas al libro de Gerardo Mosquera sobre arte, internacionalismo y culturas. Aproximarme a Caminar con el diablo. Textos sobre arte, internacionalismo y culturas, la última obra del crítico, ensayista y curador Gerardo Mosquera, me provoca diversas emociones, no solo por la amistad que nos une, si no sobre todo porque al haber tenido la posibilidad desde una época temprana de compartir sus ideas sobre la práctica artística o sobre la curaduría, aprendí cuán importante es saber extraer del vínculo activo entre la teoría del arte y la práctica artística, las certezas del incierto mundo del arte. Recuerdo una ocasión cuando a finales de los años 80 nos encontramos en el Ministerio de Cultura, me enseñó el libro que estaba leyendo “Fundamentos de Estética”del esteta polaco Stefan Morawski, y me habló de él con gran entusiasmo. Posteriormente lo fotocopiamos y se convirtió en uno de los textos más utilizados en las clases de los profesores del Departamento de Estética y Filosofía, del Instituto Superior del Arte. Puede parecer esta una anécdota sobre algo que habitualmente ocurre en un encuentro entre colegas, pero para nosotros, fue un acontecimiento extraordinario, pues no se trataba de una bibliografía cualquiera, había que saber elegir bien cómo mediar en la formación de los artistas, en esa encrucijada cultural que todos vivíamos, integrada por componentes socialistas, tercermundistas y occidentales. No podemos olvidar que la consolidación del movimiento artístico cubano de esos años, con todo el sentido de renovación que lo caracterizó, y que ha influido en el arte hasta el presente, tuvo en Mosquera uno de sus promotores más importantes, pues por medio de sus ensayos y conferencias se fueron haciendo evidente los valores que irían identificando esa renovación. Los textos compilados en el libro fueron escritos desde principios de los años 90 hasta la actual década. Tienen el sello de su manera de vivir el arte, y el hálito de un visionario que ha sabido destilar la teoría y la práctica internacional a partir de las condiciones reales enfrentadas por el medio artístico latinoamericano. Es por ello que, desde los primeros ensayos, se abordan con detenimiento los diversos significados que presenta la globalización, referida a sus implicaciones en la internacionalización del arte, las tensiones que genera la dialéctica entre lo global y lo local, atravesada por procesos interculturales, de transculturación, asimilación, apropiación, reciclaje, resemantización, “consecuencias del interactuar cada vez mayor entre las culturas”. La profundidad y sistematicidad de los análisis con los que son tratados estos temas de transferencias e intercambios culturales, lo convierten en uno de los estudiosos más sólidos del actual pensamiento latinoamericano. Esto se puede apreciar en dos cualidades fundamentales: la continua ejemplificación de los problemas sociales y culturales que actúan sobre el mundo del arte, partiendo de las valoraciones de la propia práctica artística, y la ponderación con la que son abordados. í‰l ha sabido equilibrar el difícil balance de esa dialéctica cultural entre lo global y lo local, teniendo en cuenta los papeles a jugar por cada uno de sus protagonistas: de los curadores o comisarios, en el rol del comisariado transcultural, los museos, y los lenguajes y estéticas propios del proceso artístico en sí mismo. Desarrollar un aparato categorial que permita instrumentar una teoría cultural y descubrir las tensiones y tendencias más regulares que el intercambio desigual gestiona, han sido uno de los propósito constantes de su pensamiento, por ello en el conjunto de los textos compilados, junto a la categoría de la globalización, antes mencionada, se hace referencia a la identidad. Ambas se nos presentan como un eje dispar alrededor del cual se cose el intenso despliegue del arte latinoamericano, y sin embargo, no se trata en ningún caso de una vuelta al recurrido tema de las esencias, más bien se pretende ver desde dentro, desde lo que está constituido y cómo se transforma ante las nuevas fuerzas, que “…parecen conducirnos gradualmente hacia una interacción cultural más fluida”… En ese sentido, aunque los análisis alrededor de las interpretaciones sobre la condición de lo latinoamericano está en el centro de los debate teórico esbozados en el libro, esta es en realidad un estímulo para acercarse, por un lado al tema de las transferencias culturales y a las formas de legitimación, y en otro, a las posibilidades estéticas que tiene el arte interesado por expresar procesos sociales y culturales que se gestan en su propio escenario o versan sobre ese escenario.
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