En un momento en el que los procesos culturales empiezan a ser tan significativos para la práctica artística internacional, producto de la ampliación del campo referencial del arte, las creaciones fundadas en la cultura popular, potencian las interrogantes sobre las reales posibilidades de tener presencia en el discurso internacional del arte. Ello se evidencia en algunos de los principales problemas que soporta la teoría curatorial en nuestro continente, cuando pretende ser una puerta en la búsqueda de otro orden en las relaciones entre el centro y la periferia, un orden que se manifiesta a través de las formas de representación, puesta en escena y vías de legitimación.
Esa tríada implica un conjunto de valoraciones que van más allá del estricto mundo del arte, entrando en consideraciones sociales y culturales muy complejas, es por ello que en el lenguaje del crítico y del curador, las categorías de lo global, lo local, lo multicultural, la transculturación, lo intercultural, junto a la identidad parecen copar los lenguajes del arte, sin las cuales es imposible comprender su presente o predecir su futuro.
Mosquera ha sustentado posturas teóricas que constituyen en el presente, ejes imprescindibles para las prácticas curatoriales, la crítica y la teoría del arte, sobre todo sus recomendaciones a la definición de lo latinoamericano, dado que no se trata solo de una definición en sí misma, sino de comprender todas las implicaciones que tiene para las políticas de representación, la forma en la que sea interpretada la dialéctica cultural del arte, su condición ante las mismas políticas de representación, las vías por medio de las cuales se diversifica la globalización y se internacionaliza el arte.
Todo ello nos ha ayudado a pensar en estas circunstancias, a expresarnos sin las amarras de un arte con apellidos, en un arte latinoamericano que deja de serlo, o en un arte desde América Latina, que se comprenda cada circunstancia, se aprecien sus matices y se vean los intentos de definición más allá de un problema semántico. A todo ello el autor ha dedicado muchas de sus energías. Exposiciones como “Ante América”, “Los hijos de Guillermo Tell”, artículos como Hacia una postmodernidad “otra”: í?frica en el arte cubano, o su extraordinario libro “Beyond the Fantastic” trazan el itinerario de una crítica cultural de implicaciones éticas, una teoría que busca respuestas a los temas cruciales de la práctica artística y de la teoría estética que la respalde, siempre pensando dar respuesta a difíciles preguntas: “…La paradoja resulta aún más aguda si nos preguntamos por qué el Otro somos siempre nosotros, nunca ellos…”
En igual medida, son muy valiosos los análisis estéticos referidos al lenguaje internacional del arte, las precisiones sobre su significado para las prácticas periféricas a partir de todo el conjunto de interrogantes que la interacción entre centro y periferia han generado, vistas a través de los procesos de apropiación, resignificación y resemantización entre otros. A su vez, también podríamos considerar su interpretación del arte como documento, del arte político, del conceptualismo de filo social, y sobre todo sus ideas acerca de cómo “los componentes culturales actúan más en la estructura total de las obras, que en su estricta visualidad” Ello forma parte de todo un proceder que es muy importante para acercarnos al filo social del arte de los contextos periféricos, principalmente cuando estos retoman el tema de la identidad bajo una perspectiva más contemporánea.
En otro sentido, Mosquera enfatiza en las ideas de cómo el arte latinoamericano ha enriquecido las posibilidades de las propias tendencias “internacionales” dentro de ellas mismas, cuando apunta que “…numerosos artistas trabajan tanto “hacia adentro” como “hacia fuera” del arte, valiéndose de recursos de tipo postconceptual para entretejer lo estético, lo social, lo cultural, lo histórico y lo religioso sin sacrificar la investigación artística…”. Ideas de esta dimensión sientan las bases de una teoría que busca centrar sus objetivos en procesos artísticos que tienen otras variables en su comportamiento.
Este libro de lenguaje ameno y adornado con un sentido especial del humor, nos deja a la espera de otros que agrupen sus textos escritos para los catálogos de las exposiciones o aquel que reúna sus importantes reflexiones sobre el arte cubano. De esta forma, tendríamos una información más completa acerca de un pensador que se ha desplazado incesantemente, por más de 20 años, entre todos los continentes, un caribeño que ha violentado las concepciones contemporáneas del arte, demostrando sus insuficiencias a la hora de comprenderlo cuando funciona desde otra lógica cultural.
Dra. Magaly Espinosa
Notas
* Palabras finales del libro: Gerardo Mosquera. “Caminar con el diablo. Textos sobre arte, internacionalismo y culturas” EXIT. Publicaciones. 2010. 174 págs. El titulo correcto debe ser: “Caminar con el diablo. Textos sobre arte, internacionalización y culturas”.
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