Artistas Temas de Arte Exposiciones Nosotros Busqueda


artista presente
Trabajos de Utilidad Pública TUP










transcripción de la entrevista

Fecha de la entrevista: 19/05/2010
Lugar: Chile
Tema: Una conversación con Trabajos de Utilidad Pública, TUP
Entrevistador: Federico Galende

LatinArt:  Veo que hay unos miembros nuevos del grupo, unos que no conocí­a, pero faltan otros.

Trabajos de Utilidad Pública TUP:  Es que nosotros no somos un grupo, somos una zona de trabajo, el rótulo que asumimos todos o con el que estamos todos de acuerdo. Esto significa que entra gente, sale gente, que hubo gente que estuvo en los primeros proyectos y que ya no está, y no por algún motivo formal sino porque dejaron de venir. Y de pronto llegan, porque lo que sucede con TUP es que se activan conversaciones, unas conversaciones que no nos definen en una lí­nea artí­stica, antropológica o sociológica. Ponemos en juego la idea de promover unas conversaciones con unos tópicos de interés o unas conversaciones que a veces tienen huellas, marcas, e incluso a veces tienen financiamientos como los de FONDART, o como el que recibimos para el proyecto Ciudades Ocasionales. Por eso a mí­ no me acomoda mucho la cosa del colectivo.

LatinArt:  ¿Y la palabra “acción”tampoco les gusta?

Trabajos de Utilidad Pública TUP:  Sí­, siempre y cuando no venga acompañada del apellido arte. Nos gusta la acción de conversar, no sólo conversar entre nosotros sino también con la gente con la que ocurren cosas que, llevándonos hacia otros puntos, vuelven más tarde a eso, a la conversación. Creo que los proyectos que hemos hecho están siempre en esa lí­nea: conversamos para la acción, pero la acción es una acción para la conversación. Creo que los recursos que ocupamos, los de la antropologí­a, la sociologí­a, el diseño, las artes visuales, la para-arquitectura o arquitectura, son todos recursos para poner en movimiento unos afanes de encuentro que cada quien elabora de un modo y vuelve a ponerlo en la zona de trabajo. Me parece que una de las ventajas que “zona de trabajo”tiene respecto de “colectivo”es que es más abierta. Zona de trabajo es una mesa en común. Piensa que este grupo está formado por gente que viene de distintos ámbitos, y aunque hay algunos que venimos de la formación académica, hay muchos que no. A esto hay que agregar una suerte de topografí­a variable en la que no hay ninguna expectativa de consenso ni ningún anhelo de tener un punto de vista en común. Nada de esto está regulado por un consenso, sino por la figura de la conversación, que permite también el silencio. No nos anima ningún tipo de dinámica horizontal, plural, democrática, etc. Esas son palabras demasiado modernas, palabras que no dicen nada o de las que no nos interesa lo que dicen. ¿De dónde salió, por ejemplo, el hecho que disparó el Proyecto Fachada? De un asentamiento en el que eso estaba ahí­ como problema. Trabajar la fachada. Entonces por más que hagamos ahora la genealogí­a, no llegaremos a ninguna conclusión, porque eso fue ocurriendo, va ocurriendo, se fue dando de ese modo. Nos acercamos a los pasajes, alguna gente se nos acercó, eso hizo que se nos ocurriera tal cosa, en fin…

LatinArt:  Pero eso es así­ incluso en el arte burgués, en el sentido de que el autor o el artista es siempre la producción retrospectiva de un proceso que en su presente no alcanzó a explicarse. Quiero decir: no hay artista y luego obra, sino un proceso por medio del cual alguien devino artista o autor o lo que sea.

Trabajos de Utilidad Pública TUP:  Es cierto, pero si de lo que se trata es de tener una ilusión, la mí­a, en lo personal, es la de que lo que hacemos responda al tí­tulo de “zona de trabajo”. No a la de artista o colectivo. Si hay que tener una ilusión, bien, ahí­ está.

LatinArt:  Pato (Castro), por ejemplo, habla de “hacer visible”. ¿Hacer visible qué?

Trabajos de Utilidad Pública TUP:  Hacer visible discusiones, conversaciones, porque nuestro trabajo ha funcionado con visibilidad, con artefactos, con tejidos que se van exponiendo. Se trata de objetualizar, de manera repentina, ciertos procesos. Estábamos comiendo chorizos y de pronto alguien trajo una foto y de pronto otro trae un scanner, y entonces ya tení­amos unos marcos y nos pusimos a escanear unas fotografí­as. Esa operación se hace en la emergencia, en el paso de los dí­as, gatillado por una acción. Los participantes contaban cosas distintas, sacaban conclusiones distintas. Unos decí­an que habí­a que llevar la foto para que quedara para la posteridad, en un registro, otros decí­an que era para enmarcar. ¡Te van a enmarcar la foto!, ¡allá en la esquina te enmarcan la foto!, decí­a alguien. Todas esas maneras distintas de representar algo, nos hací­a sentido a nosotros a la hora de preguntarnos por dónde seguir. Cuando hicimos Ciudades del Hechizo partimos de una idea, la idea de que lo hecho a la diabla tiene un encanto. Ciudades del Hechizo es eso. Bueno, es eso, pero también muchas otras cosas lo pueden ser, porque es interesante esto de que todos estamos siempre tratando de sumar al otro en lo que nos mueve en un momento determinado. El Pato andaba pensando en los carteles publicitarios de la ciudad y empezábamos a hablar sobre el asunto tomándonos muy en serio el problema. ¿Por qué? Porque eran cuestiones que nos provocaban o que nos siguen provocando. Y a la vez hay decenas de proyectos que no fueron para ninguna parte. Pienso en uno que consistí­a en recolectar polvo en algunas esquinas emblemáticas de la ciudad para analizarlo quí­micamente, u otro en el Zanjón de la Aguada, donde querí­amos hacer una arqueologí­a. Lo que ahí­ hay es un afán, un afán de invitación permanente, por lo que se trata justamente de activar temas en las zonas de trabajo, de conversar.

LatinArt:  Habitar es una palabra a la que ustedes han aludido de múltiples maneras, al menos a partir del Proyecto Fachada, y sin embargo esta alusión resulta curiosa en un grupo que rehúsa constantemente la cuestión de la morada. Porque la morada, la casa, el habitar serí­a para ustedes algo así­ como la caí­da en la disciplina, en el rótulo, en el encuadre, algo de lo que están en permanente estado de fuga, por lo que serí­a bueno conversar un poco acerca de esta supuesta paradoja.

Trabajos de Utilidad Pública TUP:  No es tan cierto eso, porque el habitar no tiene por qué ser pensado como lugar. Si hay un lugar por antonomasia con el que está relacionado el habitar, este es el domicilio o la morada, pero lo que nosotros trabajamos no es el domicilio sino lo que de éste está destinado al otro. La fachada está destinada al otro y por eso es interesante este asunto de que sólo los mortales habitan, de que sólo los que sabemos que vamos a morir, habitamos. O por eso no es casual que se nos identifique con la cuestión del barrio, una cuestión tan de moda, la importancia de lo que hace TUP en el barrio. Un problema, porque hay todo un fascismo girando en torno al barrio.

LatinArt:  ¿Por qué dicen eso?

Trabajos de Utilidad Pública TUP:  Porque toma justamente una idea del habitar que es muy reaccionaria, la de la morada. Lo que eso evoca es la muerte de la ciudad, porque la ciudad es altura, apertura y contaminación, y en ese sentido el legí­timo otro es parte de una pregunta. Cada vez que hay algo en torno del barrio, nos invitan, y nosotros no estamos en esa…

LatinArt:  O sea que por rechazarlo todo, los aceptan en todas partes.

Trabajos de Utilidad Pública TUP:  (Risas) A nosotros nos entusiasma mucho el que nunca se puedan apropiar de lo que hacemos, eso nos interesa. Quisieron por ejemplo que TUP participara en un proyecto, “Quiero mi barrio”, un programa que forma parte de las polí­ticas de estado con miras a la recuperación de los barrios en la lucha contra la delincuencia y en el camino de la reconfiguración armónica del tejido social para la convivencia entre los vecinos, todo esto dicho así­, con mayúsculas, y entonces probamos un poco y finalmente Pato termina trabajando en el proyecto y empieza a cambiar toda la dinámica. Ahí­ hay una anécdota muy buena, muy habitual y cotidiana. Resulta que unas señoras y unos señores que trabajan la cueca, porque es el baile nacional y porque ese baile nacional es la raí­z de la chilenidad y todo lo que ya sabemos, ven que existe un lugar donde hay raperos y donde hay grafiteros y dicen: nosotros también queremos hacer un proyecto, que consiste en que nos paramos en las esquinas, hacemos un recorrido, la cueca, y repartimos empanadas. Entonces esa gente se junta con los otros, con los raperos o los grafiteros que, se supone, hacen algo más de vanguardia, en una actividad colectiva que es visitada, como cabe esperar, por una autoridad que lo primero que hace es colocar un pendón en el que dice Gobierno de Chile. Pero cuando se va a proyectar el video, que es un registro de la actividad, sacan el pendón y como ya no hay ni pendón ni Gobierno de Chile la autoridad se ve obligada a decir: Bueno, yo me retiro de la actividad, porque le están dando mal uso a un bien público. Ahí­ se genera un conflicto enorme en torno a ese pequeño episodio. Esas son las cosas que nos interesan, las que nos unen y podemos identificar como fenómenos que compartimos. Ninguno de nosotros habla de lo que está haciendo en términos personales, no hace falta, porque de lo que hablamos es de las cosas que empiezan a aparecer. Y esto no es un invento de TUP, esto es epocal. Nos ha tocado conocer a mucha gente, en Concepción, en Valparaí­so, en diversos lugares y de diversas edades que se está haciendo cargo de las grandes derrotas modernas. Están repensando la acción y llevándola por ví­as estratégicas, hablando con menos convicciones acerca de para dónde hay que ir, y buscan jugar o apostar disfrutando de lo que salga, sin pensar que eso deba transformarse en un nuevo relato ni mucho menos. El problema es que los sedimentos de aquel otro modo de entender la acción, ese modo tan moderno, se quiere apropiar de estas prácticas. La Universidad Católica nos invita para que hagamos algo, los Ministerios nos invitan para que hablemos de participación, de cómo lograr la participación. Y nosotros no hablamos de participación.

LatinArt:  Me quedé pensando en lo que decí­an sobre el barrio, sobre lo fascista que resultaba evocar la palabra, porque personalmente pienso que hay algo interesante en la difuminación de la ciudad en el barrio.

Trabajos de Utilidad Pública TUP:  Sí­, pero es muy peligroso, porque ahí­ se adhiere el asunto del gueto.

LatinArt:  Bueno, pero Foucault dirí­a que una ciudad es un gueto un poco más holgado.

Trabajos de Utilidad Pública TUP:  Sí­, es cierto, porque la ciudad lo regula todo.

LatinArt:  Es el recurso biopolí­tico por excelencia, ¿no?, y además hay que considerar que la resistencia a la dictadura se juega en una confrontación directa del barrio o de la población contra la ciudad.

Trabajos de Utilidad Pública TUP:  Habrí­a que ponerse de acuerdo, eso sí­, respecto de cuál es la ciudad de la que estamos hablando, porque no es la conversación en la ciudad de Benjamin.

LatinArt:  Me imagino, pero además en esa ciudad de Benjamin, como la llaman, no sé si se conversa tanto, porque entiendo que la figura del narrador, que es la figura que Benjamin pone ahí­ para hablar de lo que serí­a conversar, transcurre fuera de la ciudad. En El Narrador, parece, no hay ciudad, por lo que podrí­amos preguntarnos de dónde habrá nacido el mito de que en las ciudades se conversa. Uno podrí­a pensarlo al revés, que lo que define a la ciudad, como decí­a Georges Sorel, es el hecho de que en un ascensor conversemos sobre el estado del dí­a o que podamos sentarnos en el banco de una plaza sin mirar a quien está al lado.

Trabajos de Utilidad Pública TUP:  Claro, porque la ciudad es un bullicio ensordecedor en el que nadie habla con nadie. Por eso decimos que hay que definir a qué ciudad nos estamos refiriendo, porque en este registro que tú propones la ciudad es el fin de la conversación y el barrio aparece, en cambio, como ese lugar en el que las viejas conversan mientras barren. El reino del cahuí­n [confusión] o del rumor. El lugar en el que el buen vecino denuncia al compadre que planta marihuana en su jardincito o del buen vecino que manda a rehabilitación al curadito [borracho] de la zona o el lugar en el que vive también el militar. El milico del barrio. Esa imagen de barrio creo que sí­ se opone a la ciudad. Aunque tienes que tomar este ejemplo: aquí­, en las calles del centro, en lo que vendrí­a a ser el Wall Street de este paí­s, trabaja gente que se dedica a arreglar papeles. Y uno dice: pero esto no es Barcelona, aquí­ no tenemos una afluencia de inmigrantes que hagan necesario negocios donde se arreglan papeles. ¿Qué papeles les arreglan? Bien, los papeles que la gente necesita para pedir créditos y que por alguna razón no puede obtener. Y para eso hay tipos que arreglan firmas, que copian letras, etc. Y esto sucede en medio de una red de bancos, notarí­as, gabinetes. Todo eso está pasando en el centro de la ciudad, es lo que hay ¿o no?




volver a artistas