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X Bienal Internacional de Estambul


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Obstructions / Brain Surgeon / Rolling Mills / Slaughterhouse by Ömer        Ali Kazma
Omer Ali Kazma

Mon Grand Récit: weep into Stones… by Lee       Bul
Lee Bul

Last Riot- Last Riot 2 by        AES+F
AES+F

Cosmic Matter by Gunilla        Klingberg
Gunilla Klingberg

Ghost City by Vahram         Aghasyan
Vahram Aghasyan




Ghost City by Vahram         Aghasyan

Istanbul Foundation for Culture and Arts,
08/09/2007 - 04/10/2007
Beyoglu, Istanbul, Turkey

X Bienal Internacional de Estambul
por Matthew Schum

La instalación de video The Black Sea Files de Ursula Biemann pretende ser un retrato del oleoducto caspio que se extiende desde Azerbaiyán hasta el Mediterráneo oriental en Turquía. Lo que vemos en efecto es toda la actividad periférica asociada a una arteria petrolífera, llevada a la vida a través de lo que ella llama geobodies [geocuerpos]. La secuela devastadora de la actividad petrolera resulta predecible pero impactante gracias al lenguaje visual de la artista: el trabajo de edición combina depuradamente los testimonios personales con el paisaje aislado e inexplorado. El conflicto, las tierras contaminadas y los mercados negros corruptos, tales como prostitución y tráfico en seres humanos, temas que ella ve coincidir con el desarrollo de obras masivas de infraestructura -se equilibran por medio de dos conceptos: el silencio de la tierra y el testimonio humano. The Black Sea Files viene a ser el equivalente de un reportaje amplificado que muchos artistas anhelan realizar pero no logran plasmar. Aunque básicamente es de naturaleza documental, el video está motivado estéticamente. Su sensibilidad cinematográfica permite que los personajes impulsen la narrativa cíclica. A diferencia de otros artistas, Biemann se abstiene de utilizar a sus personajes como meros contenedores de injusticia en una saga política.

Otra obra que se apega a una suerte de neorrealismo es la del artista de Estambul Omer Ali Kazma, quien crea un tributo magistral al trabajo humano donde cinco videos captan, respectivamente, una clínica de neurocirugía, un taller de relojería, el estudio de un ceramista, una fábrica de acero, y un rastro. La instalación elíptica de Kazma –lo que él nombra "una familia" óbien merecería una Palma de Oro en esta bienal repleta de videos.

Al entrar a la instalación de Kazma, inmediatamente se siente uno atraído por las escenas macabras del matadero. No cabe duda que sacrificar animales es una labor cruel. No obstante, esta expectativa no parece cambiar lo que implica para el artista (así como el espectador): el morbo y la observación de matanzas metódicas. Por si no estábamos enterados, los animales siguen emitiendo chillidos y líquidos mucho después de haber sido sacrificados. Al igual que cualquier película de terror, Slaughterhouse [Rastro] entreteje la visión con una catástrofe anticipada. Y el argumento es sencillo: cada víctima espera el desmembramiento en una línea de producción inquebrantable. El video muestra una resistencia disciplinada a la compasión, pero aún así se refugia en los mecanismos de la grabación: así como las sierras, pinzas y despellejadores industriales que utilizan los trabajadores para despedazar a los animales, la cámara funciona de manera similar y sistemática en cada toma. Constituye una herramienta con un propósito designado que se convierte en un instrumento más, integrado al proceso de transformar a una criatura a carne y captar dicho proceso a quemarropa.

En el ritmo entre videos esta mirada siniestra estaba más escondida de lo que me había dado cuenta. Otros ruidos de trabajo y concentración se distinguían poco a poco al ir llenando cada canal de audio. Otro video, apropiadamente titulado Obstructions [Obstrucciones], conmovía al espectador apelando al pathos, para después negarlo. Caí en la cuenta de que aquella planta de procesamiento macabra era un señuelo que simulaba falsamente un pulso mecánico. Al cambiar la atención del horror a otras formas de contemplación inherentes a cada labor, simultáneamente emergía un campo diferenciado. La labor de los carniceros se mezclaba con las demás, y el discretamente dividido ensamble de Kazma se convirtió en una meditación, más real que la muerte, dirigida a la capacidad humana de manipular la realidad infinitamente, sin importar la materia o la estructura.

Si la X Bienal de Estambul por sí misma buscó contener un sistema de transformación, talvez se inhibió por perseguir la globalización a gran escala, la misma que la autoindulgencia de Estambul promueve. Sin embargo, en realidad el mundo nunca pareció tan potente y entrelazado como en el gesto, modesto y autosuficiente, implícito en Obstructions. Omer Ali Kazma describe acertadamente cada video: "Ninguno de ellos miente, oculta las partes feas o distorsiona la verdad para fines de comodidad como lo hace la fantasía comercial. Vistos de manera individual, quizás entren en la negación para que, considerados como un grupo, puedan llegar a una afirmación desde una perspectiva superior."

Esa aseveración toca el meollo de la problemática Not Only Possible, But Also Necessary: Optimism in the Age of Global War, y la idea poco probable de mantener una actitud de optimismo en tiempos de guerra global. La exposición coloca la renovación urbana al centro de la contienda global sin asumir un papel más allá de la observación. Siempre resulta un dilema el cómo participar activamente en lo que pondera una bienal, pero a diferencia de la edición 2005, Istanbul, quedó claro que faltaba (o se evitó) algún intento de comprender el papel institucional (léase crítica) en que sigue fundamentándose la bienal en la transformación de Estambul (como ciudad e imagen). Sin caer el lo turístico,
como ha sido el caso de algunas bienales anteriores, esta muestra resultó ser un asunto despolitizado en cuanto a la utilización de espacios y a la formulación de ideas políticas por medio de las obras. Nunca se consideró realmente cómo la bienal (ó el arte contemporáneo, dicho sea de paso) puede utilizarse como un instrumento totalmente separado, actuando en forma paralela a las modalidades modernas de desarrollo y desmontaje. Esta bienal se enfocó en la violencia para enmarcarla en mayor o menor grado, sin llegar a analizarla.

Matthew Schum es estudiante de postgrado de la Universidad de San Diego, departamento de Artes Visuales. En sus últimas investigaciones ha explorado la experiencia del arte contemporáneo en exhibiciones urbanas.

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