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Prácticas Curatoriales
FLORA. Ars+natura
David Gutiérrez Castañeda




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FLORA. Ars+natura. Espacio institucional independiente.

Es complicado discutir una propuesta institucional que está naciendo. No se puede hacer un ejercicio de crítica, en el sentido etimológico, de comprender las partes que hacen un todo, un institución en este caso, pues aun está tomando forma y las cosas pueden cambiar súbitamente con la ejecución. Me refiero a FLORA ars+natura (http://arteflora.org/). Propuesta de espacio independiente, para discutir la relación entre arte contemporáneo, naturaleza y cultura, ideado por José Roca y Adriana Hurtado. Una dinámica artística y curatorial que esta tomando forma para su lanzamiento público a mediados del 2013 en una casa en el barrio San Felipe en Bogotá (Calle 77 # 20C-48), junto con un espacio de residencias en Honda, Tolima, Colombia. Una propuesta que aun se encuentra gestionando sus condiciones de posibilidad, sus agendas, enfoques, sus políticas culturales si se quiere. Al parecer, lo único que puede ser dicho hasta ahora es su presentación, sus coordenadas de trabajo. Las cuales ya han sido manifestadas de manera clara en una carta pública en su web: FLORA

Más aun, para esta entrevista, quisiera darle una vuelta de tuerca al ejercicio de presentación. Quisiera aprovechar la oportunidad para rastrear, cartografiar, los fundamentos, conocimientos e intenciones que dan forma a las coordenadas de trabajo que está construyendo FLORA. De alguna manera, aprovechar para que José Roca comente, no lo que ya sabemos como curador de amplia trayectoria y que podemos rastrear de manera precisa en la web gracias a su basta experiencia, sino cuales son sus posturas, herramientas, metodologías, museologías, por las cuales hace posible FLORA. Y de esa manera, discutir el enfoque de espacio independiente tan en boga en la profesionalidad artística contemporánea en varios países de América Latina. Para ello se interpela al autor sobre tres ejes analíticos.

Eje 1. Arte, naturaleza y política.

David Gutiérrez Castañeda (DGC): Una de las dimensiones que ha concentrado su práctica curatorial en los últimos años ha sido el trato que artistas contemporáneos en Colombia dan a la relación entre historia, naturaleza y política. Una aproximación que comenzó con la exposición TransHistorias (2001) en la Biblioteca Luís Ángel Arango a la obra de José Alejandro Restrepo, a propósito de Musa Paradisiaca (1993-1997), y que luego se extendió como pregunta a la obra de artistas como Antonio Caro, Miguel Ángel Rojas, Alberto Baraya, Milena Bonilla, Miler Lagos, entre otros. ¿Podría comentar en que consiste esta relación en el arte en Colombia?

José Ignacio Roca (JIR): Hacia mediados de los noventa me di cuenta que muchos artistas colombianos estaban trabajando en obras que tenían relación con la botánica, y en particular la imagen de la flor, para hablar de la compleja situación política y social del país. Dado que el origen del conflicto colombiano está en la desigualdad en la distribución del ingreso y el acceso a la tierra, y que el negocio de la cocaína -una substancia derivada de una especie botánica- proporcionaba (y sigue proporcionando) el dinero para sostener el conflicto, esta aproximación parecía, aunque aparentemente inesperada, completamente lógica. Quise hacer una exposición sobre esta relación entre botánica y conflicto armado, pero las circunstancias no se dieron y estas ideas terminaron siendo un artículo para la revista española Lápiz titulado Flora Necrológica: imágenes para una geografía política de las plantas(1) . El subtítulo es una paráfrasis de Humboldt y Bonpland, quienes en su obra La geografía de las plantas (1803) afirmaban que las plantas influyen directamente en los comportamientos humanos. Luego de eso hice varias exposiciones colectivas sobre el tema, entre ellas Botánica Política en la Sala Montcada en Barcelona en 2004 y Otras Floras en la Galería Nara Roesler en Sao Paulo en 2008, así como exposiciones individuales de algunos de los artistas que has mencionado.

DGC: ¿De qué manera los artistas dan atención a la botánica, la historia natural y al narcotráfico?

JIR: De distintas maneras: algunos revisan documentos históricos y grabados de viajeros para hallar en ellos los orígenes de las desigualdades raciales y sociales, como José Alejandro Restrepo, Alberto Baraya o Juan Manuel Echavarría. Debo decir que los escritos de Restrepo, en particular Musa Paradisíaca (1993-1997), han sido muy inspiradores para mi. María Fernanda Cardoso toma las flores como metáfora de la muerte; Juan Fernando Herrán dedica una década a investigar la expansión de los cultivos de amapola; Miguel Ángel Rojas usa la coca como material para sus obras; María Elvira Escallón mira las imposiciones culturales en los territorios ancestrales, evidenciando la tensión entre naturaleza y cultura… la lista es larga y cada artista tiene una aproximación diferente.

DGC: ¿Es una dimensión paradigmática para comprender la relación entre arte y violencia en Colombia?

JIR: No se si paradigmática, pero sin duda es una de las dimensiones recurrentes en el arte colombiano de las últimas dos décadas. Inclusive una artista como Doris Salcedo, que no había trabajado el tema de la botánica, ha utilizado plantas en sus últimas dos obras: Plegaria Muda (2010), una serie de mesas separadas por una capa de tierra, donde pequeñas plantas que logran sobreponerse a la opresión y consiguen nacer y crecer por entre las ranuras y quiebres de la madera; y la impresionante pieza A flor de piel (2012), un manto rojo profundo, como un sudario, hecho completamente con pétalos de rosa suturados unos a otros.

DGC: ¿Por qué tomar la pregunta por el arte y la naturaleza como enfoque curatorial para FLORA?

JIR: En los últimos años han surgido en Colombia muchos espacios independientes, algunos de ellos de residencia. Pensé que el nuestro debía tener una característica particular que lo diferenciara, y la relación arte/naturaleza me pareció la más adecuada por ser un tema que siempre me ha interesado. Para alguna persona que hubiera tenido experiencia en nuevos medios, por ejemplo, tal vez el tema ideal hubiera sido crear un media-lab o un espacio para arte y tecnología; en mi caso, el tema de la naturaleza es con el que me siento más cómodo pues tengo ya una larga historia con el. Además, me permitirá articular mis intereses personales, no solo en arte sino en plantas, jardines, exploración, etc. De todas maneras, FLORA no es un espacio “verde”, enfocado en arte y medio ambiente desde una perspectiva ecológica o de sustentabilidad; cuando pienso en arte y naturaleza pienso más en relaciones “sucias” y complicadas que en una situación en donde no exista la confrontación de ideas.

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