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Arte y Teorí­a
Félix Suazo. A diestra y siniestra. Comentarios sobre arte y política. Fundación de Arte Emergente, Venezuela, 2005
José Antonio Navarrete




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Ponerle los cascabeles al gato

Félix Suazo (Holguín, Cuba, 1966), artista visual, profesor, investigador y curador activo en Venezuela desde los pasados años noventa, ha reunido en este libro seis trabajos de su autoría, elaborados entre 1999-2004, que tienen como eje investigativo las relaciones entre arte y política. Son estos, según sus modalidades de circulación previa, un artículo ya publicado –"Para una redefinición de lo político en las prácticas de creación contemporáneas"–; versiones revisadas de cuatro intervenciones en diferentes eventos, tales como seminarios y congresos –"Arte y política (notas)", "Políticas del lenguaje. Artepurismo, compromiso, negociación y crítica de las representaciones en el arte venezolano", "Arte social y problemas de género (notas)" y "¿Qué pasa con la ética?"–, así como un ensayo inédito –"Vanguardia y oficialismo. (Del muralismo mexicano al cinetismo venezolano)". Con énfasis en el examen del arte contemporáneo, el autor despliega su discurso transitando permanentemente entre el planteo de problemas teóricos y el análisis de propuestas artísticas determinadas, buena parte de las últimas relativa a la escena venezolana de la década precedente y comienzos de la actual, sin obviar sumergirse en la historia del arte de América Latina, en especial en el postrero de los textos citados.

Como consecuencia del carácter compilatorio del libro, la tesis en que se ancla el pensamiento de Suazo sobre el tema no aparece de forma explícita hasta el tercero de los escritos que éste contiene –también tercero en el índice listado en el párrafo anterior–, donde el autor declara con tajante laconismo que "el arte no puede sustraerse de lo político". En el contexto discursivo en que se coloca y dado el grado extremo de generalización que alcanza, semejante aserto equivale a declarar que toda obra de arte –absolutamente toda obra de arte, del pasado o del presente, de aquí o de allá– conlleva intrínsecamente lo político: una manera desconstructiva de entender el vínculo entre arte y política en que resuena el eco de aquella afirmación de Carol Hanisch de 1969, pronto convertida en divisa del movimiento feminista, de que "lo personal es político".

De todos modos, es igual de difícil que estimulante lidiar con una tesis tan sugestiva como amplia al momento de articular un sistema de ideas destinado a fundamentar las relaciones específicas –de uno u otro tipo, peculiaridades y densidad– que pueden establecerse entre arte y política en el lugar concreto que constituye ser la obra de arte. Contra ello conspira la diversidad que, en todos los órdenes, es característica de ese campo relativamente autónomo de producción material y simbólica que es el campo del arte, así como la posibilidad de sobreestimar el concepto de lo político en su condición de instrumento metodológico de la investigación, al enfocar con éste lo que puede ser dilucidado mejor desde la perspectiva gnoseológica de otras nociones. Si se restringen en demasía los límites de lo político, la operatoria analítica correspondiente, de carácter reduccionista, siempre desemboca en alguna forma de dogmatismo; mientras que si esos límites se disuelven hasta la inocuidad, lo político se amplifica distorsionadamente y se puede arribar a conclusiones banales. De estos problemas –y de otros más en torno al asunto que intenta ventilar– tiene conciencia Suazo, como se encarga de demostrarlo en el conjunto de sus textos.

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