Museum of Latin American Art ,
16/02/2002 - 14/04/2002
Long Beach, CA, USA
Prólogo del Catálogo
por José Aguayo
La exposición, Diego Rivera: La Brillantez Previa al Pincel, abrió al Museo de las Américas en Denver, Colorado, EE.UU., del 15 de junio hasta el 13 de agosto, 2001, y fue curado por Tariana Navas-Nieves. Actualmente, esta presentada en el Museo de Arte Latinoamericano en Long Beach, California, EE.UU. hasta el 14 de abril, 2002, cuando se va al Museo de Arte de la Universiad de Wyoming. Hace diez años, los organizadores del Museo de las Américas visualizaron un espacio para albergar los mejores logros artísticos de los pueblos de las Américas a lo largo de su historia. Ciertamente, Diego Rivera es uno de los más excelsos representantes del arte americano. Rivera fue reconocido principalmente por sus murales monumentales en México y en los Estados Unidos. Algunos de ellos, sujetos de intensas controversias, constituyen su obra más apreciada y le hacen uno de los más grandes artistas del siglo veinte. El talento prodigioso del maestro sin embargo, era igualado por su monumental ego, lo que lo llevó a confrontaciones con más de un patrocinador artístico. Para disfrutar lo mejor de la obra de este gran maestro americano, es preciso viajar a la Ciudad de México, a Cuernavaca, a Detroit o a San Francisco. Para muchos de los habitantes de la Región de las Rocallosas en los Estados Unidos, el acceso a las pinturas menos conocidas exhibidas en Cleveland, Nueva York o Los Ángeles parece ser igualmente difícil. El trabajo artístico de Diego Rivera se separó de la academia tradicional mexicana. En ello influyó su contacto con Europa. En París tuvo intercambios con los fundadores de varios movimientos artísticos de vanguardia, incluyendo el impresionismo y el cubismo. Pintó en todos estos estilos, pero aún insatisfecho, viajo a Italia donde estudió a los frescos de los clásicos. Al regresar a México después de la Revolución aún buscaba intensamente su propio estilo. Cediendo a los reclamos urgentes del Presidente de México, Alvaro Obregón y del Secretario de Educación José Vasconcelos, se fue a descubrir al México desconocido. Así comenzaron los viajes al México rural, que mantuvo durante el resto de su vida madura. Rivera fue cautivado por la energía y el color del México rural e indígena. Ya al momento Rivera tenía adoptada la costumbre de hacer bocetos en libretas que cargaba en voluminosos bolsillos durante sus viajes. Estos dibujos, desprovistos de los detalles y el color de sus murales, transmiten una notable cualidad sensual y expresiva. Como muchos otros artistas, Rivera utilizaba los bocetos, dibujados apresuradamente, como puntos de partida para el trabajo en aceite o acuarela. El contenido de una de las muchas libretas se encuentra en la exhibición que hemos organizado en el Museo de las Américas y reproducidos en el catálogo que le acompaña. El Museo de las Américas se place entonces en presentar Diego Rivera: La Brillantez Previa al Pincel. La exhibición presenta por primera vez al público el conjunto de cuarenta y dos imágenes dibujadas durante un viaje a Tehuantepec, en los años de 1920. * Este texto fue reproducido del catálogo de la exposición, con permiso del Museo de Arte Latinoamericano, Long Beach, California, EE.UU.
|