End of the World Biennial,
30/03/2007 - 29/04/2007
Ushuaia, Argentina
1era Bienal del Fin del Mundo 2007
por Teresa Riccardi
1. Durante abril de este año se presentó en Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur de la Argentina, en su primera edición, la Bienal del Fin del Mundo. Promoviendo el polo turístico austral de "ciudad del fin del mundo" junto al municipio de Ushuaia, se desarrolló una iniciativa conjunta de la Fundación Patagonia Arte y Desafío y la Fundación Memorial del Parlamento Latinoamericano de San Pablo. Con una programación y planificación apretada que llevó más de un año y medio de trabajo, las instituciones mencionadas llevaron adelante la titánica tarea de nuclear en una pequeña ciudad alrededor de 60 artistas provenientes de diversos lugares del mundo. Dirigidos por una co-producción artística brasileño-argentina, bajo curaduría general de Leonor Amarante (Brasil) y Corinne Sacca Abadi (Argentina) y asistidos por las curadoras adjuntas Ibis Hernández Abascal y Florencia Battiti respectivamente. En un aspecto general y a tono con los dispositivos actuales que despliegan las exposiciones de bienales, la del Fin del Mundo apropió y enfatizó en su discurso curatorial el lugar de emplazamiento que la identifica como lugar turístico, volviendo físicamente a la ciudad un site-specific con producciones de lo más diversas. Muchas de ellas, presentadas como instalaciones o señalizaciones en el territorio urbano, intervinieron el paisaje, o repensaron aspectos territoriales del escenario fueguino. A su vez intentaron, pero sin duda con menos éxito, subrayar problemas ambientales referidos al lugar decisivo que ocupan actualmente las regiones polares en el funcionamiento del planeta. Si bien el discurso curatorial adhirió a la celebración del año polar internacional que se prolongará hasta el 2009, los asuntos claves que aborda este programa científico, como la situación del medio ambiente polar, la sostenibilidad de sociedades circumpolares o la interconexión entre los procesos polares y los globales, fueron poco comprendidos tanto por el público como por algunos artistas. La dificultad de esta distancia es de tipo curatorial, y es que presentar los avances tecnológicos recientes en el campo de la investigación científica, en el conocimiento de los polos, merece un ejercicio aún mas complejo que el de meramente señalar. Actualmente la legislación ambiental y la investigación científica, al menos en la Argentina, adolece de una práctica que se comprenda como presencial y activa en la cotidianidad de nuestra comunidad, o sea en cómo la ciencia colabora a diseñar maneras de pensar y movernos en un mundo tan diversificado. Desgraciadamente, sólo mediante cooperación voluntaria de minorías civiles y asociaciones diversas preocupadas por estimular la conciencia colectiva, se logra cada tanto algún tipo de visibilidad de la cuestión. En este sentido, la iniciativa curatorial quiso privilegiar este enfoque y consideró grupos reducidos de artistas preocupados por reflexionar aspectos "naturales" desde el arte, volviendo la propuesta atractiva en el contexto local y familiarizándose con algunas producciones de la región fueguina. Ahora bien, entendemos sin embargo que crear un dispositivo para tratar aspectos ambientales y mostrarlos a través de producciones artísticas involucradas en el tema, puede traer otro problema: ¿cómo mostrar sin hacer evidente un proceso de ilustración pedagógica, o sin simplificar un problema de índole científico? La curaduría intentó articular respuestas desde dos aspectos, por un lado acertadamente, creo un programa pedagógico en escuelas que involucró investigadores y educadores de diversos sectores; y por otro lado, diseñó con varios artistas estrategias de señalamiento respecto del paisaje site-specific de Ushuaia, pensando la idea de circularidad como elemento aglutinador a obras cuyos orígenes presentaban problemáticas muy variadas. Sin embargo, ¿qué se decide
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