Sin embargo, Miami, igual que Los íngeles, Nueva York o toda otra ciudad con una extensa comunidad integrada por inmigrantes, posee una dinámica particular que permite definir la esencia de esa ciudad. 10 Floridians no necesariamente tuvo por objetivo expandir la perspectiva de aquello que significa vivir en Florida, hecho que hubiera sido pertinente, debido a que ninguno de los artistas excepto dos de ellos vienen efectivamente de Miami. La tarea de explorar toda mirí­ada de temas con contenido polí­tico quedó legí­timamente en manos de los artistas. Podrí­a interpretarse que la visión colectiva de los curadores se mantuvo en terreno seguro al inaugurar un nuevo espacio con un grupo de artistas de amplia trayectoria y difusión en Miami? Cabe preguntarse cuál será la contribución del MAC al sur de Florida. Será interesante seguir de cerca el proceso.

Tal vez este interrogante surja también debido al sentido de la oportunidad con que se realizó la inauguración, que sin duda se benefició con la afluencia de arte internacional a Miami durante esa semana. Hubo una innegable superposición de artistas presentados en exposiciones de los museos asociados, tales como el MAC, y quienes aparecí­an como atracción principal en las galerí­as comerciales de la feria. Por ejemplo, la exposición 10 Floridians incluí­a a José Bedia, quien también tení­a un enorme mural encargado públicamente en el Design District y cuya omnipresencia hacia eco en no menos de cuatro galerí­as de la feria. Semejante promoción es comprensible. Bedia es un valor seguro y los galeristas habí­an pagado entre US$10-50.000 por su espacio para exposición; por ello, es comprensible que todos ajustaran cada uno de los aspectos que permitieran maximizar las ganancias. Según afirman, la repetición es el elemento clave para un emprendimiento comercial lucrativo.