Tal como Téllez, Itzel Martínez del Cañizo (México) se vinculó con un grupo de residentes mexicanos, adolescentes (muchos de los cuales carecían de hogar) en centros de rehabilitación para drogadependencia, para su película Que Suene Calle>Let the Streets of Tijuana be Heard, que luego de tres años de investigación y filmación se estrenó el sábado 27 de agosto en el CECUT. En la misma línea, su proyecto fílmico para inSite_05 Ciudad Recuperación incorporó a un grupo de hombres dentro de un centro de rehabilitación para adultos y se pondrá en pantalla el 22 de octubre de 2005. Debido a que se considera que Tijuana posee el problema de mayor gravedad con respecto a drogas de todo México, la artista emplea el medio cinematográfico y su confianza en la intervención artística no sólo para registrar las historias de privaciones sufridas por estos adictos en recuperación sino para brindarles también un foro donde puedan reimaginar a Tijuana como un lugar capaz de satisfacer sus necesidades y deseos.
Mark Bradford (Estados Unidos), cuyo proyecto también se inauguró el sábado 27 de agosto, abandonó sus obras en collage a gran escala, algunas de las cuales integran Farsites, para trabajar con un subconjunto diferente de la población de Tijuana, los "maleteros" que operan en la zona de cruce de frontera entre México y Estados Unidos. Preocupado por cuestiones de poder y visibilidad, Bradford torna visible lo invisible al unir y reconocer públicamente tres grupos dispares de maleteros mediante sistemas de señales, insignias, equipo personalizado y un almacén (que también se encuentra abierto al público como zona de observación). Al colocar a este grupo de trabajadores en primer plano, Bradford hace público el intercambio económico que tiene lugar en el territorio de frontera y el flujo de productos y peatones dentro de la región fronteriza. Igualmente interesados en la liminaridad de la frontera como región que sirve de intervalo entre los dos países, y la experiencia vivida por sus habitantes, Måns Wrange/OMBUD (Suecia) crearon The Good Rumor Project (El proyecto del buen rumor) vagamente basado en un experimento social. Wrange/OMBUD se concentraron en dos grupos de trabajo, uno en Tijuana y uno en San Diego para contribuir a crear "buenos rumores" que se diseminarían mediante "nodos", personas socialmente influyentes en cada ciudad. Por medio de esta obra, Wrange/OMBUD exploran los efectos que tienen los rumores sobre sus receptores al reforzar el "sentido de diferencia entre grupos nacionales, étnicos y socioeconómicos" y al mismo tiempo enmascarar las similitudes compartidas por los habitantes de esta extensa región fronteriza. Mediante la difusión de buenos rumores Wrange/OMBUD intentan disipar mitos en circulación acerca de cada comunidad de modo tal que los residentes puedan aproximarse a la comprensión mutua y de los problemas imperantes en ambas secciones de la frontera. El proyecto incluye una instalación ubicada junto a un edificio en el centro de San Diego que consiste en dos monitores que reproducen un breve video mudo acerca de la pieza y texto mural con el nombre del sitio Web del proyecto www.goodrumorproject.com. Este sitio Web es donde se solicita a los nodos que se registren y transcriban su versión del rumor una vez que lo hayan escuchado. Los artistas se proponen revisar los antecedentes de los nodos para comprobar a quién ha alcanzado el rumor y de qué nivel socioeconómico provienen. Al limitar su seguimiento a la Internet, logran evitar la participación de quienes no tienen acceso a Internet y por consiguiente aislar a un segmento de la población severamente afectado por rumores. Si bien la intervención no deja de presentar limitaciones, también se concentra en el flujo de información y cuerpos en la totalidad de esta zona regional.
El espacio de la frontera y el movimiento de cuerpos en su interior son también el punto focal de Hospitality (Hospitalidad) de Felipe Barbosa (Brasil) y Rosana Ricalde (Brasil) quienes cubrieron uno de los puentes peatonales de Tijuana con nombres como forma de saludar a los lugareños y turistas que lo cruzan a diario. El flujo de productos a través de la frontera es el tema del proyecto fílmico de Aernout Mik (Holanda) que se exhibe en un estacionamiento público de San Diego. La película de Mik se centra en un depósito de autos usados en las colinas de Tijuana, junto a escenas en el interior de una farmacia, que hacen referencia a las innumerables farmacias ubicadas en el sector mexicano de la frontera que reciben a una nutrida clientela de peatones residentes en Estados Unidos quienes buscan la facilidad con la que pueden adquirirse medicamentos recetados sin receta (y que también refieren a la extensa cultura de drogas en la región).
Durante el fin de semana se inauguraron proyectos adicionales que se proponían no solamente abordar la embestida de los problemas de Tijuana sino, mediante su compromiso e intervención comunitarios, presentar soluciones temporarias. SIMPARCH, un colectivo de arte estadounidense, trabajó con una comunidad de Tijuana y la Fundación Esperanza para crear la Dirty Water Initiative (Iniciativa del agua sucia), un pequeño sistema purificador de agua, semejante a una escultura y expuesto en la entrada para peatones a Tijuana durante el transcurso de inSite. Al cierre de inSite_05, el sistema de purificación se donará a la comunidad para abastecerla de agua potable y segura. Thomas Glassford (Estados Unidos) y José Parral (Estados Unidos) despejaron y diseñaron el paisaje de un sector de Tijuana ubicado junto al decrépito cerco que separa los dos países, con el objeto de mejorar el aspecto de la zona. La plataforma de observación guía a visitantes y residentes hacia el sector mexicano de la playa y reduce la presencia del muro y el territorio que se extiende más allá de la frontera.
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