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Arte & Espacio Social
El enacting de lo público (de la performatividad a la emancipación) en Consideraciones sobre lo Público de Alicia Herrero.
Teresa Riccardi




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I.

El enactment (1), es un tipo de acto legal o una performance estilizada, que se encuentra entre la vida cotidiana y la vida pública. Actos que refieren al conocimiento, la economía y la política en cuyos gestos corporales, alocuciones y semántica subyace la performatividad social y cultural que actúan -casi a su pesar- esos cuerpos altamente codificados. Tanto en el pasado como en el presente, casi sin adversarios, éstos eventos han actuado como materiales –muchas veces de la conciencia-, en ciertos discursos estéticos y televisivos, en producciones artísticas argentinas. Consideraciones sobre lo Público, un Simposio en tres Actos (CSP) de Alicia Herrero, en tanto narrativa guionada y articulada en tres actos, nos devuelve a ese foro, a esa conversación.

Si por un tipo de performatividad se entiende la actuación pública de una imagen, o la (re)presentación de sujeto(s) investidos de autoridad para responder a reglas, convenciones y formas de la justicia, al mismo tiempo -como sugiere- Giorgio Agamben, si bien esta actuación ‘objetiva’ las formas de la subjetividad en democracia, también excepcionalmente pueden operar en un marco de ilegalidad. Si frente al terrorismo, el enactment de estado democrático se articula en la subjetividad ‘del soberano’, el marco de la legalidad se invierte(2). En otro sentido en el arte, al hacer de estos actos o eventos de la experiencia el relato cotidiano de la trama política y la vida pública, pareciera ser que para que éstos puedan ser interpretados deben quedar en las manos de actores o de aquellos que les interese actuar la política. Tanto en la esfera de conocimiento de esos gestos como en su apropiación, los enactments requieren una familiaridad con la palabra y el cuerpo mediada por la mirada del otro, así como la producción de discursos consensuados, aceptados y estereotipados, por sobretodo los de la política. En todo caso, refieren a aquella situación de habla que a su vez puede ser naturalizada (como la ideología lo hace) por una audiencia con la que se comunica. Una situación que sin duda se ubica en las antípodas de aquella otra que posicionada dentro de una ilegalidad no comprende la estetización de lo político, o contrariamente, por recibir una experiencia altamente estilizada, sólo puede observar y señalar la destreza y habilidades del espectáculo del performer, aunque sin poder decodificar sus sentidos. Por lo tanto, la performatividad política y las prácticas artísticas, tanto unas como otras requieren de virtuosos o expertos que desplieguen competencias y destrezas para articular un speech act , un guión que visibilice sus praxis. Así CSP, al tomar la palabra en el foro, no sólo se muestra en escena frente a las cámaras sino que las emplea estratégicamente como dispositivos de mimetismo y camuflaje (4) para distribuir o diseminar sus ideas, repartidas entre las diversas esferas de producción de sentido, conocimiento del arte y la vida pública.

En el primer acto de CSP el auditorio del Rojas se convierte en el lugar donde el conocimiento y lo cultural se activan. Espacios que se vuelven el escenario del talk-show para el debate público. Parapetados en este espacio de maniobras que en ocasiones sirve de proscenio al L.I.P.A.C.(5), artistas, investigadores invitados y público argumentan y debaten. Específicamente, sobre los saberes, la universidad pública y los modos de participación e intervención de estas esferas en los espacios de la ciudad, el rol del educador del arte y el intelectual. Fin del primer acto. Unos meses después, en el segundo acto de CSP, Alicia Herrero y los performers, desde un banco (Nación) o en la plaza que ocupan frente al auditorio, profieren con su voz los discursos que se oyen en la economía y el arte en un locus reconocido simbólicamente por los sujetos que frecuentan las tribunas. Repitiendo el gesto, con la intención de generar otros discursos, el público participa introduciéndose al espacio guiado por actores, mientras en el banco se ensaya el futuro debate en el auditorio. Se emiten juicios, se escucha el disenso de los panelistas, y se “activa” a los participantes mediante preguntas que refieren a aspectos ligados al trabajo y la economía. En este segundo acto las resonancias de la “cosa pública” acuden a su vez a los diagramas que diseñan el valor de la economía, el dinero circulante en las plazas, mercados laborales y las formas de la precarización social causadas por los residuos neoliberales. El banco (6), se presenta como institución financiera, donde el dinero se expide, se exhibe, se hace visible, y también donde “todo lo sólido se desvanece en el aire”. Se pasa a otro estado, líquido para circular en el mercado de bienes y servicios. En este acto el arte y el capital (7), se transforma en letras, plazos fijos, intereses, en la posibilidad de inversión, subversión, patrimonios (míos, tuyos, nuestros), prestados, financiados, congelados, acorralados. Todos ellos configurados a partir de una performance codificada en la solvencia, la creencia y los valores que dependen de los sujeto(s) y sus diestros desempeños en la repartición del terreno de la economía que regula la vida cotidiana. Este escenario es la mise-en-scène de Consideraciones sobre lo Público, un Simposio en tres Actos que elige Alicia Herrero para llevar a los especialistas que comprenden las formas, valores del dinero y el arte de “hablar públicamente” con sus audiencias. Fin del segundo acto. En el tercer acto, llevado a cabo en el congreso, el sitio específico transforma la performance en un acto de legalidad. Un tipo de legalidad que intenta interferir entre las formas de emancipación del género arte y los cuerpos legales de la comunidad representada. En el auditorio del parlamento, invitados y audiencia también participan de mesas de trabajo, distribuidas en diversas zonas (pasillos, lobby, etc.) mientras en el escenario se lee en una bandera que Karina Granieri y Agustín Blanco despliegan, la palabra puntuada: E.M.A.N.C.I.P.A.C.I.O.N. Con este gesto se auto-interrumpe el espacio y temporalidad naturalizada en el simposio y la arquitectura que confiere autoridad y centralidad al auditorio. Planteando distintos focos de debate y acción. Nuevamente la activación. Esta vez, el propio formato que CSP se estira por seis horas. En esa performatividad se debate y presentan estructuras transversales y horizontalizadas de diálogo. Un tipo de acto democrático que crea una dinámica participativa de ritmos e intercambio de flujos en el escenario del Congreso de la Nación.

Esta praxis artística performativa de CSP vectoriza la acción hacia la emancipación, creando lugares de dialogo y apropiación sobre la realidad política y los nuevos espacios de participación en la Argentina reciente. Mediante este dispositivo de simulaciones y ocultamientos, la artista no resigna la vieja practica conceptual a la política, sino que la estalla hacia diversas formas artísticas y medios de producción simbólica que desanda los viejos géneros. Bajo una mirada contemporánea que actualiza y focaliza en la “cosa pública” a través de diversos enactments y actos de habla, la performance de CPS, trabaja camuflando y mimetizando el género de los speech acts. Los actores conversan, chatean, discuten, informan, comunican, debaten, preguntan, manifiestan, contestan y al mismo tiempo responden (8) a situaciones de enunciación y producción de sentido e ideas.

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