TRAMA centro es un espacio, taller y laboratorio creativo de proyectos dirigido por artistas radicado en Guadalajara, México. Creado en 2009, sus fundadores Mitzi de Lara Duarte e Iván Reynoso armaron el espacio con la finalidad de apoyar el mundo del arte emergente local, así como emprender un diálogo nacional en torno a la práctica artística. Aunque Guadalajara es la segunda ciudad más poblada de México y la sede de una comunidad artística en expansión, no cuenta con una red sólida de centros para prácticas colectivas y exposiciones. TRAMA centro constituye una de las pocas sedes de arte alternativo en dicha ciudad. Los directores de TRAMA Centro son Alejandra Jaimes y Samara Guzmán Fernández. Miguel Arelis es el Coordinador Educativo, y Agustín Arce el Coordinador de Operaciones de TRAMA. Raquel de Anda: Entiendo que TRAMA fue un espacio de restauración y luego se convirtió en un lugar para la promoción de arte y experimentación. Platícame un poco sobre la historia de este lugar. Samara Guzmán: TRAMA fue fundado en 2009 por dos restauradores, Mitzi de Lara e Iván Reynoso durante el tiempo que estaban en la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente. Lo empezaron con el objetivo de realizar talleres que no se ofertaban en el curriculum de la Escuela. También incorporaron a un maestro de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara y el Instituto Cabañas, Jorge Edgar Hernández (Posh). En el 2011, Iván pasó la batuta a Alejandra y a mí. Hicimos algunos cambios y nos dimos cuenta de que no nos gustaba la idea de que tenías que tomar un taller en TRAMA para exponer en el lugar. Queríamos otro tipo de exhibición y a partir de varias conversaciones se formó el proyecto Personarse que está fundado por una beca estatal de PECDA (Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico). Creamos otro modelo de exposición y empezamos a traer artistas de otros estados de México a trabajar con curadores de Guadalajara (Alán Sierra, María Fernanda Camarena y Paulina Ascencio). Al principio, cuando empezamos a trabajar en TRAMA la idea que teníamos era que le faltaba formalidad al espacio y queríamos organizarnos con un plan, con el registro de programas, etc., pero esto fue cambiado un poco con el tiempo. Nos hemos dado cuenta de que como no le respondemos a nadie podemos ser lo que queramos, y nos hemos abierto más. Muchas veces no se controla lo que se hace aquí. Hay algo que invita mucho a la experimentación. Alejandra Jaimes: Desde Septiembre del 2011 cuando iniciamos la administración, pasaron cosas muy rápido. Ahora hay mucho pasando aquí y sólo somos cuatro que están en TRAMA. Tenemos un montón de colaboradores que han tomado cursos o que se enamoraron con el espacio. No se cómo lo haríamos sin ellos. Raquel de Anda: Fernanda, ¿me puedes hablar un poco sobre la experiencia curatorial con TRAMA, siendo una de las curadoras del programa Personarse? M. F. Camarena: TRAMA es un espacio de confianza. Cuando te invitan a trabajar un proyecto, te están dando una infraestructura entera que te apoya. No hablamos de muchos recursos económicos. Más bien, el espacio y la infraestructura humana. Aquí nadie recibe un sueldo. Y esto lo hace muy valioso porque las personas estamos en el proyecto por convicción, porque queremos que las cosas sucedan. Se me hace muy sincero. No estoy diciendo que el dinero lo haga más o menos sincero, sino, que así se define este espacio y que si lo veo muy valioso. Aprendimos mucho con el proyecto y la vinculación que creamos con la Ciudad de México fue fuerte. Raquel de Anda: Si, veo Personarse como el primer paso para abrir TRAMA a otras ciudades en México. M. F. Camarena: Sí, y de crear vínculos. Para Personarse no había ningún tema determinado. Algo en lo que coincidimos Alan y yo, es que este espacio pide cierto tipo de obras. Concebimos TRAMA como lugar para que se exhiba lo que no puede ser mostrado en un museo ni en una galería. Cosas que no tienen lugar en otros espacios. Y nos pareció interesante traer propuestas invasivas que transforman el espacio. Realmente si hay mucha libertad y nosotros queremos que el espacio responda a esas necesidades. A cosas que no tienen salida comercial o que son más experimentales. Y eso es lo que lo hace muy interesante. Es muy gratificante, siempre estás en el límite y no sabes que va a pasar mañana pero mientras dure, lo tenemos que aprovechar. Como hay talleres, charlas, exposiciones y más, es un espacio de convergencia de una generación. Siempre están pasando cosas y es un punto de encuentro para mucha gente.
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