Helena Productions,
18/11/2008 - 22/11/2008
Cali, Colombia
7mo Festival de Performance de Cali, Colombia
por Luisa Ungar
3. Espacio liminar
Después de las charlas, que según Helena, "enmarcan de manera didáctica el festival", asistimos, al fin, a la jornada de performance. Como en otros festivales, esta fue variada, múltiple, y proponía acciones simultáneas de manera que nos enfrentábamos, afortunadamente, a la imposibilidad de controlarlo y consumirlo todo. La locación, una antigua harinera en desuso, se componía de varias bodegas vacías: las acciones se repartieron entre cuatro grandes patios conectados entre sí, seis espacios más pequeños que se conectaban alrededor de estas y una tarima grande ubicada al fondo del patio central. El criterio de repartición del espacio físico no era claro y parecía responder más a los mínimos requerimientos técnicos de cada propuesta que a otros asuntos (como por ejemplo una posible conversación entre las performances). Así, aquellas acciones que realizaban movimientos amplios se movían por los patios grandes, (el grupo Pipi-pause, el grupo de danza brasilero Contemptus, el Taller para la Construcción de un Espacio Indefinido), aquellos cuya acción se realizaba desde un punto fijo en el espacio (como Rolf Abderhalden, La Performola, KaliKadaver) fueron ubicados durante toda la jornada en los espacios más pequeños (que no estaban conectados entre sí), y los grupos que ofrecieron acciones musicales ocuparon la tarima por turnos al final de la jornada. El tamaño del espacio obligaba a estar muy cerca de varias acciones, y aquellas que necesitaron mesas (como las que proponían una relación en torno a la mercancía) se ubicaron contra las paredes del espacio.
En este sentido se manifestaba una paradoja: aunque la jornada era fiel a la naturaleza intuitiva característica del trabajo de Helena Producciones, el espacio físico tendía a convertir por momentos al Festival en una Exposición en la que la relación física entre los que experimentan la obra y los que la realizan no es determinante. Los visitantes deambulábamos por los espacios mirando las diferentes acciones más que participando de estas, enfatizando con esto nuestra condición de turistas, y por momentos nuestra actividad en el evento se limitaba a leer las fichas técnicas que estaban ubicadas en la parte superior de algunas de las acciones no programadas y a comer empanadas. Esto último forma parte de uno de los intereses de Helena: "recuperar el sentido de comunidad de manera temporal". Una acción daba cuenta de esto despertó nuestras suspicacias: cuando llegábamos al edificio, en la mañana, nos encontrábamos con un payaso haciendo un perifoneo rapero invitando a la gente a entrar a la Harinera. La acción, del artista ecuatoriano Omar Puebla, era significativa en sí misma pero parecía contradecirse al ocurrir dentro del edificio del evento.
En esta dinámica espacial algunas de las acciones iban más allá de las limitaciones del edificio a la vez que señalaban asuntos relacionados con la repetibilidad del acontecimiento generando tensión entre la representación y la presentación características de este género. La Performola, de Carlos Monroy una "rockola de Performances que se van realizando de acuerdo a la petición de los asistentes" jugaba con el tema de la cita y la revisión en la historia del arte ofreciendo al público un menú del cual se podía escoger performancias de otros artistas que uno quisiera que el artista reprodujera. Los participantes del "Taller para la Construcción de un Paisaje Indefinido", coordinado por Juan Linares y Erika Arzt, dio un concierto (fuera de la tarima), que evidenciaba formas de apropiación que había experimentado a lo largo la semana en la Harinera. Jugaron con emisiones de radio desde el lugar, toque de teremin y trabajo con fotocopias. La propuesta caleña de El Camión,(10) se instaló en uno de los extremos del espacio gritando arengas a la manera de los fanáticos del fútbol, montando el vehículo que se balanceaba con sus saltos. Los cánticos cuestionaban instituciones relacionadas con el campo del arte en Cali. La propuesta de Rolf Abderhalden (para algunos lo más conmovedor del Festival), escenificaba asuntos perversos en torno a las formas en las que se nombra la diversidad sexual. Los masajes de María Alejandra Estrada publicaban una actividad corporal íntima y se relacionaban con el público de manera directa.
El festival ha sabido aprovechar desde sus comienzos elementos liminales, desbordándose más allá de las fronteras habituales, y desconocer esto nos impediría acercarnos a buena parte de la propuesta de Helena, que ofrece una mirada postdisciplinar y rechaza argumentos esencialistas.(11) Pero lo liminar es un umbral y esto plantea necesariamente preguntas en torno a cuáles son las fronteras que el festival como escenario móvil demarca y qué ocurre después de estas. Una acción parecía dar cuenta de este asunto de manera silenciosa: Un hombre joven arrodillado en el piso sobre una tira de cartulinas blancas, con un borrador eliminaba tranquilamente las huellas que la gente iba dejando con sus zapatos al caminar sobre el papel. Borraba los dibujos espontáneos de las suelas, entre el polvero del lugar, accionando la sutilidad de la huella. Este gesto íntimo y liviano que borraba otro gesto, contrastaba con el ruido de varias de las performances a su alrededor, y accionaba un paréntesis en la locación.
Luisa Ungar
Citas:
(1) Helena Producciones en el séptimo Festival de Performance: Ana María Millán, Leonardo Herrera, Wilson Díaz, Claudia Sarria, Juan David Medina, y Andrés Sandoval. Esta vez el Festival se hacía en alianza con el Salón Nacional de Artistas.
(2) El texto de Wilson Díaz "Una versión de Helena Producciones", tiene una revisión a la historia de Helena y sus investigaciones, curadurías, y formatos exhibitivos variados: fiestas, Televisión, impresos, etc. En el libro Festival de Performance de Cali -- Colombia, ed. Helena Producciones, diciembre de 2006. Parte de la historia de Helena se encuentra en www.helenaproducciones.org
(3) Apuntes del 7 festival de performance de Cali, Ana María Millán y Wilson Díaz. Periódico Urgente, noviembre 2008 a enero 2009.
(4) "Cuando la performance intenta entrar en la economía de la reproducción, traiciona y disminuye la promesa de su propia ontología" en La ontología de performance: representación sin reproducción, Peggy Phelan, en http://performancelogia.blogspot.com/
(5) "40.000 indígenas marcharon desde Piendamó, Cauca, hasta la ciudad de Cali, unos 18.000 trabajadores de la caña de azúcar paralizaron sus labores exigiendo un trabajo dignamente remunerado durante dos meses, miles y miles de afectados en sus ahorros por la especulación financiera ilegal paralizaban las vías exigiendo la devolución de su dinero". En Le monde dilpomatique, año VII, número 74, diciembre 2008.
(6) El problema de la representación se cruzaba entonces con el de la creencia: oficialmente se negó la versión indígena sobre las muertes en la
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