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Bienal de París. Closing Time: París + Quito + Berlín


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Closing Time by Closing Time       2006-2007


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Closing Time by Closing Time       2006-2007


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Closing Time by Closing Time       2006-2007

Paris Biennial,
01/10/2006 - 01/03/2007
Paris, France

Bienal de París
por Manuel Cirauqui

El principal interés de Closing Time residía (reside) en su doble temporalidad, en su capacidad de repliegue. A la fase performativa de Closing Time le sucede la fase constructiva, formal, durante la cual el conjunto de documentos -verídicos o imaginarios- obtenidos en la preparación, producción de talleres, brainstormings, etc. vienen a ser reelaborados dentro de una ficción cinematográfica. Closing Time es, de este modo, un proyecto posterior a sí mismo. También es, aún (mientras escribo esto), un evento teórico-artístico capaz de evaluar su propia repercusión, una agencia capaz de crear un software para la estimación a largo plazo de su propio impacto social, es decir, de su capacidad de anticipación creativa. En esa medida, la investigación abierta por Closing Time (en inglés esto sería un juego de palabras) es interminable y su duración indefinida. El concepto de anticipación es sometido así a una triple elaboración semántica: uno, anticipación de la cultura al arte en sus estrategias de bloqueo; dos, anticipación del arte en general a estas mismas formas culturales de neutralización; tres, anticipación de Closing Time a su propio impacto, elaboración de una percepción de sí casi simultánea a la propia existencia (un aparato de percepción que se ve a sí mismo, que se ve viendo). La necesidad de verse desde fuera impone al proyecto la obligación de construir una ficción de la que él mismo es el protagonista. En otras palabras, el modo de tematizar la anticipación por parte del proyecto pasa por una comprensión de sí mismo que debe ser ficcional. La película Closing Time se plantea no ya como una clausura con relumbres de celebración, sino como una respuesta a los problemas planteados en el propio marco de trabajo. Si la ficción conlleva estructuralmente una suerte de distanciamiento, la autofabulación constituye una manera de problematizar el distanciamiento ficcional -paradoja del continente que es también contenido.

Si algo se puede achacar a la idea de ficción puesta en marcha por algunos participantes -que la propia presentación del proyecto ponía de relieve- es la concepción tal vez utópica de la discontinuidad. "Closing Time es arte ficción, AF, la discontinuidad del tiempo imaginario ante la linealidad de lo real...". Cabe preguntarse en qué medida el tiempo imaginario no entra precisamente en continuidad con el tiempo real, si es que esta distinción tiene aún sentido tras la crítica histórica (el desvelamiento) de la ontología misma como "relato" (a partir sobre todo de autores postestructuralistas como Lyotard o Barthes). Siguiendo el mismo razonamiento, la naturaleza mimética del tiempo imaginario obliga a sospechar del coeficiente de libertad que puedan contener las ficciones tal y como, en uno de sus libros, las definía Paul Auster: el escritor "entra en la vida de personas desconocidas y, así como éstas tengan el libro en sus manos, sus palabras son para ellos la única realidad existente" (Leviathan). Si, en el marco de Closing Time, algo se puede extraer de propuestas como la de María Mur Deán ("a Koldo no lo conocí hasta que lo ficcioné. Apenas habíamos coincidido un par de veces en alguna fiesta, otra vez en una emisora de radio y poco a poco, lo fui convirtiendo en Luis") es que la ficción antecede a la realidad. La pregnancia de los dispositivos ficcionales sería nula si no sirviesen para revelar que la ficción es la textura misma de lo real. En estos términos, la única diferencia entre "lo real" y "lo imaginario" es una diferencia de intensidad, basada en la autoridad que ejercen ciertas instancias (o instituciones) productoras de ficción sobre las demás (no menos productoras). Si la densidad de lo real es el resultado de una múltiple intersección ficcional sometida a un constante ejercicio de poder, la necesidad de producir subjetivamente ficciones bajo categorías como las de "novela", "cuento oral" o "película" reposa en la ligereza de estos modos fundamentales. La mimesis nos proporciona una ilusión de claridad.

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