Comentarios a “Geoestética y Transculturalidad…”Desmantelar el presente de las políticas de representación. “Caminar con el diablo”es una estrategia plausible en el mundo globalizado, postcolonial, post-guerra fría y pre-chino-céntrico de hoy. Naturalmente, no se trata de una marcha sin obstáculos, y muchos retos y contradicciones permanecen…” -Gerardo Mosquera La XVIII edición del El Premi Espais a la Creació i a la Critica d’Art, que otorga la Fundación Espais d’Art Contemporani de Girona, España, le correspondió al libro “Geoestética y Transculturalidad. Políticas de representación, globalización de la diversidad cultural e internacionalización del arte contemporáneo”del ensayista y crítico de arte Joaquín Barriendos. Este es un libro breve e intenso, publicado en catalán y en español, riguroso tanto en el abordaje del tema como en el amplio uso de la bibliografía, y ambicioso, pues se sitúa en la médula del análisis de las transferencias culturales entre los países desarrollados y los que eufemísticamente se nombran en vías de desarrollo. La lógica de la exposición no opta por el método que estudia la trayectoria de un proceso en su desarrollo cuando es visto desde lo particular hacia lo más general, sino en describir e interpretar las conexiones y las funciones en estado latente, en este caso referido a los intercambios culturales y a las políticas de representación que los instrumentan bajo esta perspectiva, el autor divide su estudio en tres partes, la primera relata la doble circunstancia por la que transita la diversidad cultural cuando es globalizada, la segunda se ocupa de la condición postcolonial que todo lo mediatiza y la tercera a las políticas de representación transcultural. Este último aspecto se detiene en la comprensión política y la representación estética de la realidad, tal y como se formula en el índice, hasta la representación transcultural y resistencia política. Ello implica enfatizar en cómo circulan las transferencias culturales creando determinadas estrategias transnacionales que tienen por destino las representaciones de la diferencia, haciéndonos saber el autor, que todo ese proceso demanda de una nueva estética que orqueste, en una dirección multidisciplinar, las también nuevas formas de internacionalización del arte contemporáneo. Ese sentido multidisciplinar significa examinar los lazos que se tejen entre las disciplinas que estudian la cultura alrededor de las políticas de representación que engloban las transferencias culturales y el sistema artístico en su conjunto, desde la necesidad de un aparato crítico que responda a la avalancha de conceptos y categorías prestadas implicadas con la producción tanto del arte y las subjetividades culturales que lo alimentan. Una de las tareas centrales de las disciplinas dedicadas al estudio del arte consiste en su propia remodelación en cuanto a cómo utilizar esos préstamos, categorías y conceptos que invaden otras áreas de la actividad humana y que por la propia ampliación de lo artístico se han visto incorporadas al mundo del arte influyendo en sus formas de estructuración, funciones y valores. Por ello, lo transdisciplinar será propio de investigaciones que abarcando un amplio espectro de saberes traten de desentrañar la naturaleza de esa ampliación, también sujeta a una nueva concepción cartográfica, una geopolítica globalizada del proceso artístico El presente ensayo sigue esa dirección, una postura ambiciosa en el orden metodológico ya que implica un acercamiento a diferentes campos del conocimiento, y muy conveniente cuando se trata de comprender la naturaleza actual de la dominación cultural y las posibilidades con las que puede contar el arte para socavarla. Esto explica el por qué el concepto de políticas de representación transcultural ocupa un lugar central en su estudio, ese lazo de ida y vuelta en el que se sitúan los diferentes componentes del mundo del arte cuando intervienen procesos de legitimación, negociaciones y reposicionamientos estratégicos hacia dentro y fuera de ese mundo. Son las estrategias transculturales de la representación las que han permitido que lo multicultural aflore como un proceso de contenido estético. Este es uno de los factores a los que más interés se presta en el texto, pues a partir de la “aceptación del otro”, de la globalización de lo “diferente”y del escenario internacional donde transita la producción artística es que la “colonización simbólica de los imaginarios culturales”se fortalecen desde una enfática “retórica de la integración”. Al autor le interesa especialmente esclarecer las “secuelas culturales de la nueva internacionalización estética”y para ello necesita relacionar la tradición moderna colonial, la ruta abierta por la postmodernidad hacia un postcolonialismo, que como señala Catherine Walsh debe ser más entendida como de-colonial.
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