Aprimotapiado: Taller de libros-objeto Dentro del caos que representan las ciudades fronterizas expuestas a toda clase de intercambios, no sólo económicos sino también sociolingí¼ísticos, aparece una nueva propuesta: el diálogo expectante por parte de artistas, activistas, curadores y público en general. Proyecto Cívico: Diálogos e Interrogantes,(1) yuxtapone una dinámica distinta que tiene sus raíces en la homónima exposición museográfica inaugurada en septiembre de 2008 para el nuevo espacio del Centro Cultural Tijuana: El Cubo. El diálogo y sus potenciales interrogantes devienen de la investigación previa realizada por diversos grupos e individuos: artistas, activistas, arquitectos, escritores, cineastas y promotores culturales que bajo los conceptos de civis(1) y estado de excepción,(3) trabajaron durante tres meses utilizando la estructura curatorial de la exposición Proyecto Cívico. Cada grupo o individuo investigó acorde al tema y/o enfoque de su interés para mostrar resultados conforme el desarrollo de sus respectivos trabajos. Es así que problemáticas, posibilidades, reenfoques e intercambios se compartieron en distintas discusiones con la invaluable ayuda y guía de organizadores, participantes e interlocutores. Una de las funciones, sino es que la principal de estos diálogos e interrogantes, fue la de extraer la temática que dio pie a la curaduría para aplicarla a la investigación que no sólo fue académica sino también de campo. Se logró tridimensionar el espacio de un museo hacia la ciudad de Tijuana y sus alrededores, para cuestionar de manera teórica y práctica la civilidad en forma de trabajo pedagógico y de diálogo cultural y así exformar de las actividades que nos convierten en parte de la comunidad. La exhibición, Proyecto Cívico, es una investigación sobre el estado de excepciones políticas, cívicas y sociales que gobiernan de manera caótica la vida diaria de Tijuana, pero cuyos síntomas son observables constantemente en todas las naciones contemporáneas. Proyecto Cívico: Diálogos e Interrogantes, a través de la investigación y el diálogo se replantea el concepto ciudadanía con toda la diversidad que lo conforma. Es así que esta retroalimentación se llevó a cabo gracias a las cuestiones sobre la civilidad y los estados de excepción política, social, económica, geográfica, pero sobre todo, humana; todo esto partiendo siempre del arte como expresión crítica. Los diálogos y la información de todos los proyectos se enriquecieron de manera orgánica, los participantes cuestionaban y sugerían, los organizadores guiaban y los interlocutores de cada uno de los grupos encausaban los proyectos y sus investigaciones. La experiencia del diálogo entre artistas y promotores culturales, así como de los ciudadanos que se dieron cita para escuchar las propuestas y los resultados de los mismos, renovó en muchos, paulatinamente, este concepto de ciudadanía para enfocarnos en lo que suscita la civilidad, por ende la individualidad y lo heterogéneo: la otredad. El proyecto que nosotras elegimos se llamó Aprimotapiado.(4) Lo nombramos así debido al slang que se utiliza en el sur de Tijuana, en el municipio de Rosarito. Decidimos incluir la zona suburbana de Tijuana porque es ahí donde residimos. El pretexto de Proyecto Cívico: Diálogos e Interrogantes cabía perfectamente en nuestras investigaciones personales. En más de una ocasión, nos habíamos cuestionado sobre los modus de vida y las tradiciones más al sur, incluso, de Rosarito, en el ejido de Primo Tapia. “Aprimotapiado”es como se refieren algunos rosaritenses a las conductas de las personas que son tímidas, tienen miedo, o todo lo que refiera a un acto mal realizado. Esto debido a que el ejido de Primo Tapia, alejado tanto geográfica como socialmente, tiene modus y tradiciones particularmente ajenas del resto de Baja California. En tono de burla, se adoptó el gentilicio de una región para convertirlo en un adjetivo que denota vergí¼enza. Nosotras decidimos retomarlo para título de nuestra investigación y replantearlo como parte de la historia de la comunidad. La propuesta fue hacer un taller de libros-objeto que fueran un detonante en la memoria de los habitantes. Incluir a la comunidad para contar sus historias y recuerdos sobre Primo Tapia para así contraponer lo que para algunos era tan vergonzoso como un gentilicio adjetivo de clase y geografía; utilizar objetos e imágenes que les recordaran el ejido, contar de una manera poco común lo que para ellos significaba el ser de Primo Tapia frente a los imaginarios de los demás.
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